El fainá es una receta de origen Italiano, que consiste básicamente en una tortilla elaborada a base de harina de garbanzo. Tiene la particularidad que se cocina en sartén de hierro y al horno. Además una vez lista, se corta en triángulos iguales a la pizza y se comen juntas.
Como todo en la cocina y la gastronomía, las cosas van tomando nuevos aires, se fusionan con otras y así hoy en día se le añaden ingredientes extras, tanto a su masa como sobre ella una vez que está lista. (ver más información aquí en la wikipedia)
Desde este concepto y al haber encontrado harina de garbanzo, que funciona para varias recetas, quería elaborar algo muy propio con ella y me pareció interesante esta propuesta. Así que usé el mismo principio, presentando la idea como una pizza.
Es una opción sin gluten y este tipo de harina se consigue en macrobióticas, algunos supermercados y empresas dedicadas en esta línea.
Para dos porciones pequeñas requieres 1 taza de harina de garbanzos, ½ cucharadita de sal, 1 taza de agua tibia y 4 cucharadas de aceite. Los ingredientes opcionales van a su gusto, pero considere básicamente embutidos tipo salami, jamón, queso, orégano; de ahí en adelante puede añadir cebolla, aceitunas, lo que se le antoje o disponga.Primero encienda el horno a 180°C y coloque un sartén de hierro con el aceite a calentar. Mientras en un recipiente mezcle harina con sal y añada poquitos de agua tibia moviendo hasta tener una pasta floja, suave sin grumos. Deje reposar unos minutos y con cuidado saque el sartén del horno y vierta la mitad de la mezcla (salen 2 porciones). Lleve al horno por 20 minutos. En este tiempo ya debe estar sólida la pasta.
Saque, coloque encima los ingredientes seleccionados y regrese al horno para que al menos el queso se gratine, entre 5 y 10 minutos. Retire, saque la pizza del sartén y parta en triángulos y sirva.