El buñuelo es una masa de harina que se fríe en abundante aceite. La masa de harina puede mezclarse con agua, leche, huevo o levadura. Pueden llevar un relleno que puede ser dulce o salado.
Aunque es una receta con tradición de la comida mediterránea, en América Latina también se prepara bajo otros nombres y combinando ingredientes particulares, siendo típicos de actividades festivas. En Costa Rica en los turnos o fiestas de pueblo no faltaban y rociados de azúcar era de las delicias de los visitantes.
Una forma fácil de buñuelos con plátanos maduros, es majarlos crudos con un tenedor y añadirles harina, azúcar, levadura, huevo y leche hasta formar una pasta. Cocinarlos fritos en una sartén con abundante aceite de oliva, dándoles la forma con una cuchara, para luego rebozarlos con azúcar y canela en polvo.
Sin embargo, me gustó más la idea de usar el plátano mismo como relleno y entonces salieron estos, que son como pequeñas arepas rellenas. Simplemente parta 2 plátanos bien maduros, de cáscara negra en rodajas de 1 centímetro.
Prepare el rebozado de pasta mezclando 1 y ½ taza de harina, 1 cucharadita de polvo de hornear (royal), 1 pizca de sal, 2 cucharadas de azúcar, 1 huevo y leche la necesaria (pero muy poca). Cierna los ingredientes secos, añada el huevo y de a poquitos incorpore leche para tener una pasta algo suave.Pase cada rebanada de plátano por harina apenas a darle una "empolvadita" y luego por la mezcla. Cocine en una sartén con aceite, a temperatura media, dorando por ambos lados. Antes de dar la vuelta a cada buñuelo conviene pasar la espátula o tenedor en el mismo aceite caliente, para evitar que se peguen a ella. Pase a escurrir en papel absorbente y estarán listos para disfrutar.
Puede rociarlos con azúcar en polvo o miel. Yo me los saboreé así de simples, con un café caliente, convirtiéndose en una de estas recetas perfectas para hacer en minutos, y que por lo general tenemos de todo en casa. Ojalá hagan la prueba.
Intentando experimentar al mismo tiempo, repetí la receta usando harina de maíz amarillo, que brinda un sabor un poquito más dulce y una textura algo más crocante, justamente por no ser tan fina. Pero con un resultado igual en sabor y algo más encendidas de color, como lo ven en esta última fotografía.