El carpaccio, según dice la Wikipedia, el origen exacto del plato se ignora, pero se suele afirmar que data de mediados del siglo XX y que procede de la invención de Giuseppe Cipriani en el Harry's Bar de Venecia, donde habría sido preparado a pedido de una cliente, Amalia Nani Mocenigo, a quien su médico le había prescrito comer carne cruda. Por su similitud cromática con las obras del pintor Vittore Carpaccio, cuyas obras se caracterizaban por la profusión de rojo y amarillo, habría sido bautizado de ese modo.
La receta consiste en una preparación en finas láminas de una carne o pescado, crudo. Se adereza con aceite de oliva y algunas gotas de limón, todo ello decorado con queso en borona. Esta es la idea primaria, origen para hacer “carpaccio” de otras carnes, pescados, mariscos, setas, quesos, frutas y vegetales.
Entre las variaciones extremas, he conocido esta opción con remolacha y le encontré un gusto particular, por la fusión de sabores de los ingredientes.
La remolacha (betabel, beterraga) es un alimento muy energético recomendada en casos de anemia, enfermedades de la sangre y convalecencia, debido a su alto contenido en hierro, azúcares, potasio y vitaminas C y B. Se aprovechan tanto sus raíces, que tradicionalmente las consumimos en ensalada, la versión de la ensalada rusa en Costa Rica, también como ingrediente de pan, su jugo y hasta las hojas tiernas se pueden preparar en picadillos. Pero esta opción de “carpaccio” es fácil y rompe los sabores tradicionales.Requiere de 2 remolachas lavadas, partidas en mitades y cocinadas en agua y pizca de sal hasta que suavicen. En olla convencional o de presión que agiliza el proceso. Luego se escurren, se dejan enfriar, se les quita la cáscara y se parten en rebanadas muy delgadas. Use una cebolla grande, morada de preferencia (o varias pequeñas). Pártalas en rodajas finas. Su sabor fuerte natural es aceptable en esta receta. Si quiere disminuir el mismo puede bañar las rodajas con el jugo de 1 limón.
Acomode en un plato las rebanadas de remolacha. Sobreponga las ruedas de cebolla. Aderece con un leve rocío de sal, chorrito de aceite de oliva y otro de vinagre balsámico. Si le gustan los sabores extremos, puede añadir una pizca de ajo triturado mezclado en el aceite. Una receta muy simple, pero estoy seguro que los sabores le robaran el gusto sobre otros acompañamientos.